Después de veinte, productivos y hermosos años en la majestuosa ciudad de Nueva York, la vida me trajo de vuelta al puerto de origen, la República Dominicana. El contacto con la naturaleza era algo que había estado deseando durante demasiado tiempo, así que cuando me mudé de nuevo a la isla que me vio crecer, para mi era fundamental vivir cerca del mar. De hecho, era la única manera en la que volvería. A partir de ese momento, sentarme a mirar y escuchar el movimiento de las olas es una de mis formas de meditación predilectas.
Así fue como, en medio de una pandemia pasé todo un año, contemplando la construcción de este espacio. Después, el mundo se abrió y comencé a viajar, y debido a que soy un poquito nómada, decidí expandir mis alas unas vez más y explorar nuevos lugares.
Ahora que finalmente estoy compartiendo este espacio contigo, lo hago desde España, me causa un poco de gracia por esto que se supone es una especie de diario, aunque espero que haga que este viaje de ser una mujer dominicana rompiendo viejos patrones y falsas narrativas sea un poco más alegre, mientras todas las piezas del rompecabezas van cayendo en su sitio.
Te invito a este viaje conmigo, a través de una escritura existencial y con suerte, divertida. Así como mi podcast, Baraja Eso, sobre el proceso de identidad y transformación, todo con una ligera dosis de humor y toque caribeño.
Bienvenido a este, mi centro personal, en el que intento disfrutar de la vida, ¡aquí y ahora!